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martes, 17 de junio de 2008
90 años de Reforma
Mensaje del Presidente del Centro de Estudiantes de Ciencias Agropecuarias de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba, en la Sesión del Honorable Consejo Directivo del 13 de Junio, en homenaje al 90 aniversario de la Reforma Universitaria.

Señor Decano, Señores Consejeros Docentes, Egresados, No docente, Compañeros Consejeros Estudiantiles, Sres. Secretarios y Pro Secretarios.

Tomo la palabra Señor Decano, en representación de la bancada que represento, pero en razón del honor con el que me prestigiaron los cientos de compañeros que me han votado y los que desde hace más de veinte años, eligen anualmente a sus representantes estudiantiles a través de las urnas, es que puedo hablar hoy como Presidente del Centro de Estudiantes de nuestra Facultad.
Estoy sentado en la banca de los estudiantes que como nosotros, durante estos últimos 90 años, dieron parte de sus tiempos, sus estudios, sus sueños y en muchos casos su vida, por expresar nuestro compromiso con la Universidad Reformista. La presencia del Centro de Estudiantes de Ciencias Agropecuarias y de la bancada estudiantil de Franja Morada y el Movimiento de Base de Agronomía, no son otra cosa, que la más acabada expresión de la síntesis de pensamientos democráticos. Con nuestros encuentros y nuestras diferencias, con nuestras particularidades y formas de expresión, pero por sobre todo, cercanos a la idea de no pasar por estas aulas sin haber contribuido a transformar sueños de estudiantes en mayor igualdad para los argentinos, libertad para decir lo que pensamos y solidaridad con quienes esperan el producto de nuestro estudio para mejorar sus calidades de vida. Que los que repiten con la tiza, lo que sus programas arcaicos ya no dejan leer, aprendan de aquellos, que respetamos como maestros, como compañeros de aprendizaje donde se permiten enseñar y compartir, toda vez que nos honran con su conocimiento en el aula, buscando la excelencia académica, entendiendo a quienes piensan distinto, permitiéndonos la palabra libre en este recinto, brindándonos su experiencia.

Gracias a la bandera que nuestro movimiento viene levantando desde el 18´, muchos de nosotros, hoy podemos tener acceso a la educación Pública. La Reforma abrió la puerta de la Universidad, a los que venimos del interior donde no hay posibilidades, a los que no tenemos apellidos patricios, a los hijos de productores postergados, a los que contamos con el interés de aprender y no siempre tenemos la posibilidad.

Reivindico en nombre de aquellos estudiantes que dieran origen a nuestra agrupación y a este modelo universitario, los principios que no claudicamos y exigimos con tanto énfasis como nuestra palabra y acción lo permitan. Gratuidad de la enseñanza para que los apremios económicos no sean condicionantes para el acceso a las aulas. Donde los que podemos, contribuyamos desde el espacio en que podemos. Esto siempre, reivindicando la obligatoriedad del Estado de sostener la enseñanza pública y sin condicionamientos como los que venimos sufriendo con este gobierno que paga salarios miserables a nuestros docentes y deja a las universidades a la buena del destino.

Reivindico la Periodicidad en los concursos docentes, donde no se cubran los cargos por herencia. Donde no haya cotos de caza que se convierten en inaccesibles. Brindamos porque se gestione con la casi totalidad de cátedras concursadas. Vemos con vergüenza como algunas corporaciones se escudan en otros reclamos y no quieren remarcar en la falta de concursos docentes en otras Facultades. Por ello es que hemos acompañado los procesos de concursos llevados a cabo. Y estamos comprometidos con el modelo que debe llevarse a cabo en la Universidad. Ojalá muchos hablaran menos y se rasgaran menos las vestiduras y practicaran su obligación de someterse al control de gestión docente periódico.
Esto no es defensa corporativa, es sin dudas, la reivindicación de todos los profesores que hoy exhiben su capacidad de enseñar y lo han revalidado su cargo de forma transparente.

Hacemos hincapié en esta parte de la última gestión de la Facultad y de aquellos que han arriesgado su honor y en muchos casos su prestigio, en tomar la decisión de llevar a cabo, lo que en otras Unidades es solo promesas. Reivindicamos la libertad de Cátedra, donde la voz monocorde y tendenciosa no sea la única que tengamos que escuchar. Aprendemos de la diversidad de opiniones y es en este recinto, donde mis compañeros de bancada y yo, hemos aprendido a construir muchas veces desde la disidencia. Cuánta razón acusan los reformistas en el Manifiesto liminar, al decir que "…El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un director o un maestro en un hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la sustancia misma de los estudios. La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando. Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden…" Sabemos diferenciar a quienes nos tratan como alumnos, término que significa los "sin luz" "los no iluminados", de quienes nos enseñan y nos valoran como estudiantes.

Reivindicamos el Cogobierno Universitario, y prueba de ello es redoblamos nuestra apuesta, en cada proyecto, en cada propuesta. Nuestra bancada ejerce el derecho de los estudiantes de ser voz y voto en las decisiones de la Unidad Académica y la Universidad. Pero hemos aprendido que junto al derecho de decir lo que queremos y hacer lo que pretendemos, siempre estamos comprometidos con la responsabilidad que tenemos con los principios que defendemos.

Defendemos a ultranza los derechos que nos asisten, por ello es que somos firmes en sostener el plan de estudios 78 y su debida garantía para que no se vulnere la posibilidad de cursar y recibirnos con las reglas claras. Así, presentamos y defendimos el derecho a rendir en turnos justos y aunque nos corren con la arbitrariedad, reconocemos la firme posición de los profesores y autoridades que acompañan los derechos estudiantiles. Los estudiantes no nos hemos sentido solos, cuando expusimos las firmas con el reclamo de los compañeros, cuando hacíamos frente a quienes tiran la piedra y esconden la mano, encontramos la sabia reflexión de aquellos profesores que aún en la crisis por sus magros sueldos, aún en la masividad, aún en la falta de condiciones, no nos hacen rehenes de disputas. Así, dimos clara respuesta a los turnos de examen de plan 2004 y tomamos el compromiso de traducir el reclamo en propuesta y hoy, aún con los ataques que recibimos, podemos aprovechar los turnos disgregados. Agradecemos el esfuerzo de los consejeros que tomaron en serio nuestras necesidades y se arremangaron para construir el diseño de los turnos disgregados.

El mero reclamo no es representar, la verdadera representación se ejerce con propuestas. Y eso también lo hemos aprendido de estudiar la reforma universitaria. Aprendimos de aquellos que tomaban la Universidad para abrirla y garantizar las clases en el 18´ y no de los que cerraron sus puertas para dejar afuera a quienes necesitan del conocimiento. Nuestro reconocimiento a quienes dieron su vida en pos hacer que hoy podamos decir lo que queremos, con la libertad y la seguridad que saldremos de aquí y seremos respetados en nuestros derechos.

Las dictaduras y los años de desencuentros, nos atrasaron en las potencialidades de crecimiento como país. Y hoy parece que volviéramos a la época en el que Estado decide, quien es quien y que podemos reclamar. No nos callamos y lo decimos claramente, pretendemos el ejercicio pleno de los derechos democráticos de todos los argentinos. No compartimos en ninguna de sus declaraciones ni decisiones con la Sra. Presidenta de la Nación. No entendemos como pueden levantar la bandera de la libertad y la igualdad y el campo es objeto de confiscaciones descaradas.

La Bancada de Franja Morada deja sentado que reivindica el ejercicio pleno de los derechos humanos y denunciamos la pública incitación a la violencia que ejercen sectores antidemocráticos, que alzan su voz con los palos en la mano y se jactan de representar al pueblo.

Nuestro compromiso como ciudadanos universitarios es devolver a la sociedad lo que ella nos brinda y es por ello que pretendemos lograr el progreso social. La democracia es fundamental, la justicia debe ser igual para todos y en lo que nos toca como ingenieros en la agronomía, pretendemos contribuir a la producción con responsabilidad. Para que el producto del campo argentino, sea competitivo en el mundo pero que ello implique primero, abastecer de alimentos a todos los argentinos. Ustedes, señores consejeros, los que hoy terminan su mandato y los que se incorporan en representación de los claustros de la Facultad, tienen en nuestra bancada y en el Centro de Estudiantes, que me toca representar, el compromiso firme de contribuir a la construcción colectiva de una Facultad cada vez mejor, donde sobresalga la excelencia académica pero por sobre todo, estemos produciendo mejores hombres y mujeres para el país que nos necesita.

Muchas gracias. Franja Morada. Agronomía. UNC.

Leandro Carbelo
Presidente del Centro de Estudiantes de Ciencias Agropecuarias
Comentarios:
Hola correligionarios. Me parece buena iniciativa el blog. A aca les dejo un post radical de mi blog:

La Justicia Poética
(Por Bernabé Carrido Lura)

Me duele confesar que la historia no aproveche oportunidades suntuosas. No soy quién para decirlo, pero arde en mi pecho un afán de justicia: debo decirlo.

Se presume que los daguerrotipos de Alem que cuelgan en paredes ya vetustas son auténticos. Auténticos son los manuscritos y la pluma con la que designó su propio destino. Auténtico aquel beso en la frente a su hijo Leandrito, la carta y su último anhelo en la súplica “adelante los que quedan”.

Es verosímil pensar que el señor de Balvanera aún desgastado por sus adversarios creía en el triunfo final, o al menos lo presentía. Pero entre tanta desdicha, ya libre de esperanza, se negó a la placa bruñida. Optó por la modestia de la muerte a sabiendas de que alimentaría su misterio. Los años, luego, le confirieron esa peculiar majestad que tienen los de barba larga y encanecida. No lo sabría. Sus palabras, predicadas con singular convicción, continuarían retumbando en gestas y banderías, como un fuego profético, digno de poesía.

Es admisible creer que los otros hombres de galera de la revolución fueron también viejos conocedores de esas artes. Hipólito y Marcelo Torcuato pudieron luego haberse equivocado: eran hacedores; pero jamás renunciaron al rezo de palabras edificantes. Dejaron sedimentos forjados de filosofía: elegancias de vida, altruismo sin soberbias, templanza de mortales, genuinos espíritus republicanos y un entrañable compromiso cívico.

Esta no es la historia detallada y total de un partido o de una insignia centenaria. Es preciso reconocer que de esos episodios sudamericanos han quedado huellas en otros nombres: Don Moisés, Don Ricardo, Don Arturo o Don Raúl, entre tantos.

Pero contrariamente a toda justicia poética, debo decirlo: una historia (una tradición) no siempre es coronada con la apoteosis providencial de un reconocimiento dichoso y multitudinario. Lo sabía Alem y los poetas muertos en las postrimerías del ochocientos: en algunas circunstancias lo solemne es solitario.

Quién escribe, en la soledad de sus ventitantos años, aún se busca en ellos: por rasgadas noches huye tras los rastros borrosos de ese pasado épico. En un libro, en una foto de su abuelo. ¿Alguien puede dudar de que no hay revolución más infinitamente conmovedora que la poética?


¡saludos!
mi blog es www.eternopoetaargentino.blogspot.com
 
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